25 DE MAYO DE 2013
RUTA LAXE-CAMELLE-AROU (A CORUÑA)
(PROYECTO COSTA DA MORTE)
Distancia: 20,5 km
Duración de la ruta: 5 horas
Dificultad: Fácil
Descripción de la ruta:
Impresionante y hermosa ruta que une las localidades de Laxe y Arou por caminos y sendas a orillas del mar, ofreciendo numerosos atractivos y fascinantes lugares al senderista, configurando la que es sin duda otra de las rutas costeras más bellas de toda Galicia.
A lo largo de la ruta podremos visitar gran variedad de lugares entre los cuales destacan:
• El Faro de Laxe, rodeado de un hermoso y espectacular entorno, con altos acantilados, diversas puntas y furnas donde bate el mar.
• Numerosas playas poco pisadas por el turismo como la Playa de Laxe, Soesto, Castro, Arnado, Traba, Camelle y Arou.
• Lugares naturales relevantes, como el complejo de la Laguna y Playa de Traba, valioso espacio protegido dentro de la Costa da Morte que constituye un refugio para cientos de aves, y que cuenta con uno de los arenales vírgenes más hermosos de la costa gallega, libre de edificaciones y totalmente natural.
• Bellos pueblos costeros como Laxe, Camelle y Arou, que ofrecen una estampa característica y fascinante de la denominada "Costa da Morte".
Esta hermosa ruta entre las villas marineras de Laxe y Arou discurre siempre por caminos y sendas a la orilla del mar, y nos ofrece una buena representación de lo que es la "Costa da Morte", pues en ella se alternan una costa rocosa y acantilada como la que se forma en los alrededores del faro de Laxe y de las puntas de As Pías, del Cabezo o punta Catasol, con pequeñas ensenadas en las que se formaron escolleras o pequeñas playas, como en Camelle o en la ensenada de Sabadelle.
También podremos contemplar amplios arenales como los de la playa de Traba, Soesto o la playa de Laxe que harán las delicias del senderista. Y, por último, también tendremos la oportunidad de observar las curiosas formas que en esta zona tienen los granitos y visitar el espacio natural que forman las dunas y la laguna de Traba.
Iniciamos esta maravillosa ruta en el pueblo de Laxe, puerta de entrada de la denominada "Costa da Morte" y cuna de uno de los más ilustres científicos que tuvo Galicia en el siglo XX en el terreno de la geología, Isidro Parga Pondal (1900-1986), fundador del Laboratorio Geológico de Laxe
Comenzamos a caminar al comienzo mismo del paseo marítimo, relajándonos y disfrutando con el sonido del mar. Atravesamos el paseo bordeando la gran playa de Laxe hasta llegar al puerto.
En este punto nos dirigimos a la izquierda donde vemos la iglesia de Santa Mª de la Atalaia, del siglo XV y estilo gótico marinero, en un emplazamiento espectacular delante del mar y que antaño estaba custodiada por ocho cañones para defenderse de los ataques de piratas y flotas enemigas.
Desde la iglesia, proseguimos por una pequeña carretera asfaltada ascendiendo por las calles del pueblo hasta el faro de Laxe. Al llegar a un cruce, nos desviamos hacia la derecha y a los pocos metros ya iniciamos el auténtico sendero que discurre pegado a los acantilados. Las vistas en esta parte de la ruta son auténticamente fabulosas y nos introducen de lleno en los paisajes propios de la Costa da Morte. Comenzamos a bordear la punta sobre la que se halla el faro, pasando por la Punta do Costado, la Punta da Cruciña y diversas zonas con "furnas", hasta que finalmente comenzamos a ascender hacia el faro, que vemos delante. El faro de Laxe ocupa una situación privilegiada en un extremo del Monte da Insua, pequeño tramo de tierra que penetra en el mar.
Continuamos bordeando el monte hasta llegar al cementerio de Laxe, donde acaba este primer tramo. Desde el cementerio, nos dirigimos hacia el interior dirigiéndonos de nuevo a Laxe. Por medio de varios desvíos y bordeando el imponente Petón do Castro, llegamos a la playa de Soesto, hermoso y solitario arenal que supone uno de los rincones más tranquilos e idílicos de la zona. Recorremos la playa en toda su longitud y ascendemos por un camino en dirección a la Punta del Catasol por el antiguo camino que antiguamente recorrían los carros que recogían las algas por la costa.
Pasamos por delante de las Playas do Castro y de Castrillón, pedregosas y salvajes y algo más adelante la Playa de Arnado, pequeña y aislada. A partir de aquí comienza un camino que nos conducirá al Área recreativa de Boaño, desde el cual comenzaremos a descender hasta ver el impresionante y salvaje arenal de Traba, de arena muy fina, y de gran importancia ecológica al tener en sus inmediaciones la laguna de Traba, visitada por cientos de aves, y un gran sistema dunar. La laguna tiene una gran marisma y mucha vegetación, siendo difícil observarla en su integridad. Actualmente se halla en un proceso de colmatación que llevará a su desaparición y su transformación en una gran pradera. Traba conserva también su leyenda, que habla sobre la existencia de una ciudad anegada: la de Valverde y de la poca fe cristiana que practicaban sus habitantes
Nos desplazaremos al observatorio de aves para ver la laguna de Traba y a continuación saldremos a la playa, totalmente natural, protegida y sin ningún tipo de elemento artificial que enturbie su aspecto. Recorreremos la playa disfrutando de los sonidos del mar y del precioso paisaje que tenemos delante en una de las pocas playas vírgenes y a salvo de la especulación urbanística que quedan en todo el litoral gallego. Al llegar al final subimos por un antiguo camino que viene de la aldea de Mórdomo denominado Porto dos Carros y que va bordeando la costa pasando entre el medio de curiosas formaciones rocosas graníticas que asemejan a dragones y otros animales mitológicos. Pasamos cerca de la Punta da Cruz de Rosa y vamos poco a poco bordeando el monte circundante llamado el Petón das Borrallas. También pasamos por las inmediaciones de la punta Cabezo, donde naufragó en 1883 el carbonero inglés Chamois, sin producirse víctimas gracias a las labores de salvamento llevadas a cabo por las gentes de Camelle y Traba.
Llegamos a un cruce de caminos, siendo más directo y atractivo el de la derecha, más cercano a la costa. Siguiendo por la derecha, llegamos a una pequeña ensenada pedregosa en un lugar muy bello llamado Coído da Señora. Algo más adelante pasamos cerca de otra ensenada similar más pequeña llamado Coído de Sabadelle, por donde entramos ya en Camelle, pequeño y atractivo pueblo marinero que surgió de un posible asentamiento de marineros vascos que se dedicaban a la caza de ballenas en el siglo XVIII. En el siglo XIX, con el auge del sector pesquero, empresarios catalanes levantaron diferentes fábricas de salazón dedicadas a la sardina y al congrio, una estación de salvamento marítimo y un centro de desguace de barcos. El puerto resultó un punto fatídico para la navegación encallando aquí numerosos barcos: Boris Scheboldaef, Natalia y Yeoman.
Al llegar a Camelle, recorreremos su paseo marítimo bordeando su bonita playa hasta llegar al puerto, donde nos acercaremos a conocer el "Museo del Alemán", llamado también "Museo de Man", enclavado en las mismas peñas de protección del puerto. Aquí vivió y murió el famoso alemán de Camelle, Manfredd a lo largo de treinta años de forma solitaria y muy humilde, construyendo todo tipo de esculturas y figuras.
Después de ver los restos del Museo del Alemán, seguimos por un camino que discurre bordeando el Petón da Atalaia, siempre pegados a la costa. Al poco rato salimos a la carretera y pasamos por delante del pequeño puerto de Arou, desde donde vemos enfrente la Illa do Cu Cagado. Seguimos avanzando y llegamos a la hermosa Playa de Arou, que recorremos por su paseo marítimo. Seguimos por el paseo hasta llegar al final del pueblo de Arou, donde se halla un área de descanso muy hermosa con vistas privilegiadas y que supone un digno colofón de esta bella ruta costera.
LA LAGUNA DE TRABA
Se trata de uno de los espacios naturales más valiosos de la Costa da Morte, que ofrece refugio a un gran número de aves, además de contar con numerosas especies vegetales en sus orillas.
Contando con la vegetación que la rodea, la laguna de Traba ocupa cerca de 12 hectáreas de superficie. Su forma es alargada, de casi 800 m. de longitud y 200 m. de anchura máxima. Está protegida del mar por más de 2 km. de dunas que se extienden entre la Punta de Traba al sur y la Punta de Arnado al norte. Sus aguas desembocan en el mar a través de un estrecho canal natural junto al que discurre una de las pasarelas.
Su principal aporte de agua procede de dos pequeños ríos situados al sureste: el río de Traba, de poco más de 4 km, que proviene de las laderas del Monte Redondo, y del Reguero de Vao, que nace en el entorno de los Penedos da Pasarela, 3 km. al sur de la laguna. Ambos cursos de agua deben descender 200 m. de desnivel hasta alcanzar el valle.
La laguna de Traba está en constante evolución. Actualmente su fondo es arenoso en la orilla más próxima a las dunas y cubierto de cieno en el lado opuesto. Los aportes de sedimentos procedentes de los ríos han rellenado buena parte de los fondos de la laguna, que terminará colmatándose con el tiempo.
EL MUSEO DE MAN (EL ALEMÁN DE CAMELLE)
El llamado Museo de Man, situado en las mismas peñas del puerto de Camelle, es el lugar donde vivió y murió el famoso alemán de Camelle Manfredd a lo largo de treinta años. A lo largo de su vida, construyó todo tipo de esculturas hechas con materiales a los que el mar les fue dando forma o arrastrando hasta este lugar, combinados con círculos de colores que decoran los alrededores.
La historia del alemán de Camelle no está clara ni exenta de discusión. Este singular personaje llega a Camelle en el año 1961, coincidiendo con la fiesta del Espíritu Santo. Cuando llegó tenía la elegancia, porte y comportamiento de un señorito de la época. Tras conocer a la familia Baña Heim, de ascendencia también alemana, decide quedarse a vivir en Camelle. No se sabe bien la razón, pero a comienzos de los años setenta, sin que se sepa exactamente por qué (unos dicen que por un asunto de amor) decide cambiar totalmente y pasar a llevar una vida solitaria, convirtiéndose en un extraño personaje que iba a todos los lados corriendo vestido sólo con un taparrabos y sandalias, retirándose a vivir a un pequeño habitáculo que construye en la costa, donde hoy está el museo.
El Alemán encontró en Camelle su edén de fantasía y soledad, el lugar que le dio la paz interior que buscaba y donde poder quedar y dar vida a su obra. Su pretensión era vivir al margen de los condicionamentos sociales establecidos y depender lo menos posible del mundo que lo rodeaba. A todo aquel que lo visitaba, le solicitaba el pago de 100 pesetas y le pedía que hiciese un dibujo en una libretita intercalando papeles carbón. Esto para Manfredd era "una forma de relacionarse con los demás, ya que en cada papel está el alma de cada quién, y mi objetivo es hacer un gran rascacielos con todas ellas". En su obra, destacan los colores vivos y los círculos numerosos que determinan el ciclo de la vida continuo, repetitivo, del cual no podemos huir.
Después de muchos años de vida en pleno contacto con la naturaleza circundante, es a partir del año 2000 cuando comienzan sus primeros problemas de salud.
La catástrofe del Prestige, que produjo un tremendo impacto en Camelle y en la obra que había construído, provocó un gran impacto en Manfred, que no fue capaz de superar, falleciendo el 28 de diciembre del año 2002.
Tras su muerte, tanto su persona como su obra recobraron una gran fuerza, transformándose en uno de los símbolos de identificación de la Costa da Morte. Mann quedó como un ejemplo de inocencia y pureza espiritual frente a los intereses materiales que dominan el mundo actual.
RUTA LAXE-CAMELLE-AROU (A CORUÑA)
(PROYECTO COSTA DA MORTE)
Distancia: 20,5 km
Duración de la ruta: 5 horas
Dificultad: Fácil
Descripción de la ruta:
Impresionante y hermosa ruta que une las localidades de Laxe y Arou por caminos y sendas a orillas del mar, ofreciendo numerosos atractivos y fascinantes lugares al senderista, configurando la que es sin duda otra de las rutas costeras más bellas de toda Galicia.
A lo largo de la ruta podremos visitar gran variedad de lugares entre los cuales destacan:
• El Faro de Laxe, rodeado de un hermoso y espectacular entorno, con altos acantilados, diversas puntas y furnas donde bate el mar.
• Numerosas playas poco pisadas por el turismo como la Playa de Laxe, Soesto, Castro, Arnado, Traba, Camelle y Arou.
• Lugares naturales relevantes, como el complejo de la Laguna y Playa de Traba, valioso espacio protegido dentro de la Costa da Morte que constituye un refugio para cientos de aves, y que cuenta con uno de los arenales vírgenes más hermosos de la costa gallega, libre de edificaciones y totalmente natural.
• Bellos pueblos costeros como Laxe, Camelle y Arou, que ofrecen una estampa característica y fascinante de la denominada "Costa da Morte".
Esta hermosa ruta entre las villas marineras de Laxe y Arou discurre siempre por caminos y sendas a la orilla del mar, y nos ofrece una buena representación de lo que es la "Costa da Morte", pues en ella se alternan una costa rocosa y acantilada como la que se forma en los alrededores del faro de Laxe y de las puntas de As Pías, del Cabezo o punta Catasol, con pequeñas ensenadas en las que se formaron escolleras o pequeñas playas, como en Camelle o en la ensenada de Sabadelle.
También podremos contemplar amplios arenales como los de la playa de Traba, Soesto o la playa de Laxe que harán las delicias del senderista. Y, por último, también tendremos la oportunidad de observar las curiosas formas que en esta zona tienen los granitos y visitar el espacio natural que forman las dunas y la laguna de Traba.
Iniciamos esta maravillosa ruta en el pueblo de Laxe, puerta de entrada de la denominada "Costa da Morte" y cuna de uno de los más ilustres científicos que tuvo Galicia en el siglo XX en el terreno de la geología, Isidro Parga Pondal (1900-1986), fundador del Laboratorio Geológico de Laxe
Comenzamos a caminar al comienzo mismo del paseo marítimo, relajándonos y disfrutando con el sonido del mar. Atravesamos el paseo bordeando la gran playa de Laxe hasta llegar al puerto.
En este punto nos dirigimos a la izquierda donde vemos la iglesia de Santa Mª de la Atalaia, del siglo XV y estilo gótico marinero, en un emplazamiento espectacular delante del mar y que antaño estaba custodiada por ocho cañones para defenderse de los ataques de piratas y flotas enemigas.
Desde la iglesia, proseguimos por una pequeña carretera asfaltada ascendiendo por las calles del pueblo hasta el faro de Laxe. Al llegar a un cruce, nos desviamos hacia la derecha y a los pocos metros ya iniciamos el auténtico sendero que discurre pegado a los acantilados. Las vistas en esta parte de la ruta son auténticamente fabulosas y nos introducen de lleno en los paisajes propios de la Costa da Morte. Comenzamos a bordear la punta sobre la que se halla el faro, pasando por la Punta do Costado, la Punta da Cruciña y diversas zonas con "furnas", hasta que finalmente comenzamos a ascender hacia el faro, que vemos delante. El faro de Laxe ocupa una situación privilegiada en un extremo del Monte da Insua, pequeño tramo de tierra que penetra en el mar.
Continuamos bordeando el monte hasta llegar al cementerio de Laxe, donde acaba este primer tramo. Desde el cementerio, nos dirigimos hacia el interior dirigiéndonos de nuevo a Laxe. Por medio de varios desvíos y bordeando el imponente Petón do Castro, llegamos a la playa de Soesto, hermoso y solitario arenal que supone uno de los rincones más tranquilos e idílicos de la zona. Recorremos la playa en toda su longitud y ascendemos por un camino en dirección a la Punta del Catasol por el antiguo camino que antiguamente recorrían los carros que recogían las algas por la costa.
Pasamos por delante de las Playas do Castro y de Castrillón, pedregosas y salvajes y algo más adelante la Playa de Arnado, pequeña y aislada. A partir de aquí comienza un camino que nos conducirá al Área recreativa de Boaño, desde el cual comenzaremos a descender hasta ver el impresionante y salvaje arenal de Traba, de arena muy fina, y de gran importancia ecológica al tener en sus inmediaciones la laguna de Traba, visitada por cientos de aves, y un gran sistema dunar. La laguna tiene una gran marisma y mucha vegetación, siendo difícil observarla en su integridad. Actualmente se halla en un proceso de colmatación que llevará a su desaparición y su transformación en una gran pradera. Traba conserva también su leyenda, que habla sobre la existencia de una ciudad anegada: la de Valverde y de la poca fe cristiana que practicaban sus habitantes
Nos desplazaremos al observatorio de aves para ver la laguna de Traba y a continuación saldremos a la playa, totalmente natural, protegida y sin ningún tipo de elemento artificial que enturbie su aspecto. Recorreremos la playa disfrutando de los sonidos del mar y del precioso paisaje que tenemos delante en una de las pocas playas vírgenes y a salvo de la especulación urbanística que quedan en todo el litoral gallego. Al llegar al final subimos por un antiguo camino que viene de la aldea de Mórdomo denominado Porto dos Carros y que va bordeando la costa pasando entre el medio de curiosas formaciones rocosas graníticas que asemejan a dragones y otros animales mitológicos. Pasamos cerca de la Punta da Cruz de Rosa y vamos poco a poco bordeando el monte circundante llamado el Petón das Borrallas. También pasamos por las inmediaciones de la punta Cabezo, donde naufragó en 1883 el carbonero inglés Chamois, sin producirse víctimas gracias a las labores de salvamento llevadas a cabo por las gentes de Camelle y Traba.
Llegamos a un cruce de caminos, siendo más directo y atractivo el de la derecha, más cercano a la costa. Siguiendo por la derecha, llegamos a una pequeña ensenada pedregosa en un lugar muy bello llamado Coído da Señora. Algo más adelante pasamos cerca de otra ensenada similar más pequeña llamado Coído de Sabadelle, por donde entramos ya en Camelle, pequeño y atractivo pueblo marinero que surgió de un posible asentamiento de marineros vascos que se dedicaban a la caza de ballenas en el siglo XVIII. En el siglo XIX, con el auge del sector pesquero, empresarios catalanes levantaron diferentes fábricas de salazón dedicadas a la sardina y al congrio, una estación de salvamento marítimo y un centro de desguace de barcos. El puerto resultó un punto fatídico para la navegación encallando aquí numerosos barcos: Boris Scheboldaef, Natalia y Yeoman.
Al llegar a Camelle, recorreremos su paseo marítimo bordeando su bonita playa hasta llegar al puerto, donde nos acercaremos a conocer el "Museo del Alemán", llamado también "Museo de Man", enclavado en las mismas peñas de protección del puerto. Aquí vivió y murió el famoso alemán de Camelle, Manfredd a lo largo de treinta años de forma solitaria y muy humilde, construyendo todo tipo de esculturas y figuras.
Después de ver los restos del Museo del Alemán, seguimos por un camino que discurre bordeando el Petón da Atalaia, siempre pegados a la costa. Al poco rato salimos a la carretera y pasamos por delante del pequeño puerto de Arou, desde donde vemos enfrente la Illa do Cu Cagado. Seguimos avanzando y llegamos a la hermosa Playa de Arou, que recorremos por su paseo marítimo. Seguimos por el paseo hasta llegar al final del pueblo de Arou, donde se halla un área de descanso muy hermosa con vistas privilegiadas y que supone un digno colofón de esta bella ruta costera.
LA LAGUNA DE TRABA
Se trata de uno de los espacios naturales más valiosos de la Costa da Morte, que ofrece refugio a un gran número de aves, además de contar con numerosas especies vegetales en sus orillas.
Contando con la vegetación que la rodea, la laguna de Traba ocupa cerca de 12 hectáreas de superficie. Su forma es alargada, de casi 800 m. de longitud y 200 m. de anchura máxima. Está protegida del mar por más de 2 km. de dunas que se extienden entre la Punta de Traba al sur y la Punta de Arnado al norte. Sus aguas desembocan en el mar a través de un estrecho canal natural junto al que discurre una de las pasarelas.
Su principal aporte de agua procede de dos pequeños ríos situados al sureste: el río de Traba, de poco más de 4 km, que proviene de las laderas del Monte Redondo, y del Reguero de Vao, que nace en el entorno de los Penedos da Pasarela, 3 km. al sur de la laguna. Ambos cursos de agua deben descender 200 m. de desnivel hasta alcanzar el valle.
La laguna de Traba está en constante evolución. Actualmente su fondo es arenoso en la orilla más próxima a las dunas y cubierto de cieno en el lado opuesto. Los aportes de sedimentos procedentes de los ríos han rellenado buena parte de los fondos de la laguna, que terminará colmatándose con el tiempo.
EL MUSEO DE MAN (EL ALEMÁN DE CAMELLE)
El llamado Museo de Man, situado en las mismas peñas del puerto de Camelle, es el lugar donde vivió y murió el famoso alemán de Camelle Manfredd a lo largo de treinta años. A lo largo de su vida, construyó todo tipo de esculturas hechas con materiales a los que el mar les fue dando forma o arrastrando hasta este lugar, combinados con círculos de colores que decoran los alrededores.
La historia del alemán de Camelle no está clara ni exenta de discusión. Este singular personaje llega a Camelle en el año 1961, coincidiendo con la fiesta del Espíritu Santo. Cuando llegó tenía la elegancia, porte y comportamiento de un señorito de la época. Tras conocer a la familia Baña Heim, de ascendencia también alemana, decide quedarse a vivir en Camelle. No se sabe bien la razón, pero a comienzos de los años setenta, sin que se sepa exactamente por qué (unos dicen que por un asunto de amor) decide cambiar totalmente y pasar a llevar una vida solitaria, convirtiéndose en un extraño personaje que iba a todos los lados corriendo vestido sólo con un taparrabos y sandalias, retirándose a vivir a un pequeño habitáculo que construye en la costa, donde hoy está el museo.
El Alemán encontró en Camelle su edén de fantasía y soledad, el lugar que le dio la paz interior que buscaba y donde poder quedar y dar vida a su obra. Su pretensión era vivir al margen de los condicionamentos sociales establecidos y depender lo menos posible del mundo que lo rodeaba. A todo aquel que lo visitaba, le solicitaba el pago de 100 pesetas y le pedía que hiciese un dibujo en una libretita intercalando papeles carbón. Esto para Manfredd era "una forma de relacionarse con los demás, ya que en cada papel está el alma de cada quién, y mi objetivo es hacer un gran rascacielos con todas ellas". En su obra, destacan los colores vivos y los círculos numerosos que determinan el ciclo de la vida continuo, repetitivo, del cual no podemos huir.
Después de muchos años de vida en pleno contacto con la naturaleza circundante, es a partir del año 2000 cuando comienzan sus primeros problemas de salud.
La catástrofe del Prestige, que produjo un tremendo impacto en Camelle y en la obra que había construído, provocó un gran impacto en Manfred, que no fue capaz de superar, falleciendo el 28 de diciembre del año 2002.
Tras su muerte, tanto su persona como su obra recobraron una gran fuerza, transformándose en uno de los símbolos de identificación de la Costa da Morte. Mann quedó como un ejemplo de inocencia y pureza espiritual frente a los intereses materiales que dominan el mundo actual.
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