29 DE MARZO DE 2014
RUTA AROU-CAMARIÑAS (A CORUÑA)
(PROYECTO COSTA DA MORTE)
Distancia: 23,5 km
Duración de la ruta: 7 horas
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
Preciosa ruta que recorre una de las partes más emblemáticas de la Costa da Morte, atravesando pueblos típicos de la zona como Arou y Camariñas, y contemplando en todo su recorrido bellos paisajes costeros y destacados lugares entre los que destacan:
• Hermosas playas poco pisadas por el turismo, como la playa do Trece, uno de los arenales vírgenes y salvajes más bellos de la Costa da Morte; la playa de Reira, playa de Balea, playa da Pedrosa y playa de Lago.
• El Cementerio de los Ingleses, lugar mítico de esta costa donde están enterrados los marinos fallecidos del buque de la armada inglesa "HMS Serpent" que naufragó en este punto el 10-11-1890.
• El Cabo Vilano, impresionante atalaya que se encuentra en uno de los puntos más atractivos de la costa, rodeado de altos acantilados, y donde se halla el primer faro de España que funcionó con electricidad.
• La ermita de la Virxe do Monte, santuario situado en un precioso lugar al borde del mar, desde donde se obtienen bellas vistas de todo el tramo costero, desde Cabo Vilano hasta Muxía y la ría de Camariñas.
• Los restos del castillo de Soberano, mandado construir por carlos III en el siglo XVIII, baluarte defensivo que protegía todo este tramo de costa.
• La espectacular duna rampante del Monte Branco, formación natural única en la costa gallega originada por los fuertes vientos de la zona, que asciende por el monte do Veo hasta una altura de unos 150 metros.
Iniciamos el itinerario en la pequeña población de Arou, situada en uno de los puntos más salvajes de la Costa de Morte. Desde aquí continuamos bordeando la ensenada de Xan Ferreiro hasta llegar a la playa de Lobeiras. Desde aquí, nos adentramos en un tramo complejo, en medio de formaciones rocosas, entre piedras y coídos, siempre pegados al mar.
Después de este fascinante tramo, alcanzamos el Puerto de Santa Mariña, en un lugar aislado y con hermosas vistas. Salimos del puerto por las casetas, atravesando una playa de piedras (coído) en dirección a la famosa y totalmente espectacular duna de Monte Branco.
Se trata de una de las formaciones naturales más curiosas de Galicia, una duna rampante increíble que asciende por el Monte do Veo hasta una altura de unos 150 metros y desde la cual se nos ofrece una panorámica excepcional de la Playa do Trece y de la Punta do Boi con el Cementerio de los Ingleses.
Subimos al Monte Branco y bajamos por la duna directamente hasta pisar a la salvaje y preciosa Playa do Trece, uno de los arenales más hermosos de toda la Costa da Morte y de la costa gallega en general.
Se trata de un arenal completamente salvaje, a salvo del turismo en general y que se halla practicamente sin accesos. Seguimos descendiendo hasta llegar a la falda de la montaña cubierta de formaciones dunares. Finalmente llegamos a la playa, que en realidad es una sucesión de 3 pequeñas calas que atravesaremos completamente, disfrutando del sonido del mar embravecido y del espectacular paisaje que tenemos, dejando atrás el Monte do Veo (157 m.) cubierto en sus laderas por una amplia lengua de arena arrastrada allí por el fuerte viento que suele soplar en este salvaje lugar.
Después de atravesar la playa nos desplazamos siguiendo la línea de costa por senderos poco definidos, pasando por las cercanías de la Punta das Paredes, hasta contactar con el camino más transitado que nos acerca en seguida al conocido como el "Cementerio de los Ingleses", lugar mítico de la Costa da Morte, en la Punta do Boi, donde hubo numerosos naufragios (hasta 8), siendo el más famoso el del navío inglés "HMS Serpent" el 10-11-1890.
Después de disfrutar de las vistas en este espléndido lugar, continuamos por un camino que sale bordeando la costa, pasando por el Cabo do Trece hasta enlazar algo más adelante con la pista que se dirige hacia Cabo Vilano.
A partir de este punto continuamos cómodamente por la pista que va paralela al mar hasta llegar a un punto donde abandonamos la pista y nos desviamos para recorrer una de las playas de esta zona: la playa de Reira, con hermosas vistas del Cabo Vilano con su imponente faro que ya podemos ver al fondo. Un poco más adelante alcanzamos la Playa da Balea, muy bonita y de arena fina, que bordearemos. En la parte que recorre la pista se halla una indicación que describe que a pocos metros se halla "O Foxo dos Lobos", antigua trampa casi desaparecida en otras partes de Galicia como en Ancares, para atrapar a los lobos y darles muerte.
Bordeando el litoral otro corto tramo más alcanzamos el arenal más bello y recoleto de esta franja de costa: la Playa da Pedrosa, situada el pie mismo del espectacular Monte da Pedrosa (106 m.) con una gran caída de sus altos acantilados.
Regresamos a la pista principal y subimos bordeando el Monte A Pedrosa hasta coger terreno llano que nos dirige a Cabo Vilano. Todo este tramo resulta espectacular por las vistas de los acantilados y del Cabo Vilano, que podemos ver en todo su esplendor, con la casa del farero y su faro al cual se accedía por un túnel.
Seguimos avanzando y comenzamos a ver a nuestra izquierda los molinos del campo de aerogeneradores de Cabo Vilano. Llegamos al cruce con la carretera que se dirige al Faro y de frente tenemos las enormes instalaciones de la piscifactoría de rodaballo de Stolz Sea Farm, que contrastan negativamente con la hermosa zona natural que estamos atravesando y con el entorno del Faro Vilano.
Cogemos un camino que nos lleva de nuevo al borde del mar, disfrutando de las hermosas vistas y pasando por varias calas de pedregales, que en esta zona se llaman "coídos".
De repente, aparece ante nosotros la silueta de la hermosa Ermita da Virxe do Monte, a la cual nos dirigiremos, situada en un punto estratégido y auténtica atalaya desde la cual se puede ver un amplio tramo de costa desde Cabo Vilano hasta Muxía y la ría de Camariñas. El origen de este santuario es desconocido. La capilla actual es del siglo XVIII, y se construyó para sustituir a la anterior que se encontraba en ruinas. Una de las explicaciones para explicar la localización de esta capilla, en un lugar espectacular, es la cristianización de un antiguo lugar de ritos paganos. Hay 3 leyendas que tratan de explicar el origen del santuario: la primera dice que la Virgen se apareció a unos pastores que estaban rezando en el Monte Farelo. Las otras dos hablan de milagros realizados por la Virgen al salvar a marineros que se encontraban en peligro. Antiguamente las mujeres de los marineros se acercaban al santuario para hacer un cambio de teja, según el lugar de donde soplaba el viento, y favorecer de esta forma la llegada de las embarcaciones sanas y salvas al puerto, cuando había temporal.
Después de ver la ermita, descendemos en dirección a la recóndita y bella Playa de Lago, apta para el baño y a salvo del turismo masivo. Seguimos por un camino que va bordeando la costa desviándonos hasta un faro y las antiguas ruinas de una cetárea. Finalmente, llegamos a la entrada de Camariñas, donde se halla el faro del mismo nombre y las ruinas del castillo del Soberano, que está siendo rehabilitado para su visita.
Entramos en la conocida villa de Camariñas, alcanzando su atractivo puerto y finalizando así esta travesía por la Costa da Morte.
EL CEMENTERIO DE LOS INGLESES
El 8 de noviembre de 1890 parte de Plymouth el buque de la armada inglesa HMS Serpent, rumbo a Sierra Leona. Su excesivo acercamiento a tierra y la escasa luz del antiguo Faro Vilano hizo que el 10-11-1890 chocase contra las rocas y naufragase en este lugar de la costa (Punta do Boi).Aquí fallecen 172 marineros ingleses a escasos metros de la salvación. Sólo se salvaron 3, Bourton, Gould y Lacsne, uno gravemente herido. Vagando por la noche llegaron al lugar de Pescadoira, donde el párroco señor Fábregas les prestó ayuda y movilizó a toda la gente, sacando del mar a la mayoría de los cadáveres (172), que enterraron a pie de mar en lo que hoy es conocido como el cementerio de los ingleses. Tuvo sus divergencias con su colega de Camariñas en dedicarles oraciones ya que sólo 63 eran católicos, actitud que fue censurada por todos.
En el habitáculo interior del cementario permanecen los restos del capitán Ross y oficiales y en el recinto exterior los marineros. El almirantazgo inglés, por el comportamiento de los vecinos, regaló al pueblo de Camariñas un barómetro, al cura de Xaviña una escopeta y al alcalde un reloj. En los primeros años un barco de la armada inglesa se acercaba al lugar para arrojar una corona de flores.
Cada barco de guerra inglés que pasaba cerca de estas costas lanzaba unas salvas de ordenanza en memoria de los compañeros allí enterrados
Este hecho hizo despertar a las autoridades de la época, por la peligrosidad de esta costa, construyendo el Faro de Cabo Vilano, el primer faro eléctrico de España, una majestuosa torre de granito rosado de 24 metros de altura sobre una roca a más de 80 metros sobre el nivel del mar, que es hoy en día uno de los de mayor alcance de la Península.
EL CABO VILANO Y SU FARO
El nombre de Cabo Vilano proviene de un ave que antiguamente era muy común en estas costas, el milano. El primer faro de este cabo, el más antiguo, del que aún se conservan los restos, comenzó a funcionar en 1854. Estaba alimentado por aceite y con un alcance de 10 millas, pero dejaba numerosas zonas muertas en esta peligrosa costa. Después de la tragedia del Serpent, en 1896, se levanta el nuevo faro, el primero de España que funcionó con energía eléctrica.. Está erguido a 125 metros de altitud y unido por un túnel al antiguo edificio de los fareros. Tiene un potente cañón de luz capaz de alcanzar los 55 km, uno de los más potentes de España. El enclave está declarado como Monumento Natural y Sitio Natural de Interés Nacional.
RUTA AROU-CAMARIÑAS (A CORUÑA)
(PROYECTO COSTA DA MORTE)
Distancia: 23,5 km
Duración de la ruta: 7 horas
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
Preciosa ruta que recorre una de las partes más emblemáticas de la Costa da Morte, atravesando pueblos típicos de la zona como Arou y Camariñas, y contemplando en todo su recorrido bellos paisajes costeros y destacados lugares entre los que destacan:
• Hermosas playas poco pisadas por el turismo, como la playa do Trece, uno de los arenales vírgenes y salvajes más bellos de la Costa da Morte; la playa de Reira, playa de Balea, playa da Pedrosa y playa de Lago.
• El Cementerio de los Ingleses, lugar mítico de esta costa donde están enterrados los marinos fallecidos del buque de la armada inglesa "HMS Serpent" que naufragó en este punto el 10-11-1890.
• El Cabo Vilano, impresionante atalaya que se encuentra en uno de los puntos más atractivos de la costa, rodeado de altos acantilados, y donde se halla el primer faro de España que funcionó con electricidad.
• La ermita de la Virxe do Monte, santuario situado en un precioso lugar al borde del mar, desde donde se obtienen bellas vistas de todo el tramo costero, desde Cabo Vilano hasta Muxía y la ría de Camariñas.
• Los restos del castillo de Soberano, mandado construir por carlos III en el siglo XVIII, baluarte defensivo que protegía todo este tramo de costa.
• La espectacular duna rampante del Monte Branco, formación natural única en la costa gallega originada por los fuertes vientos de la zona, que asciende por el monte do Veo hasta una altura de unos 150 metros.
Iniciamos el itinerario en la pequeña población de Arou, situada en uno de los puntos más salvajes de la Costa de Morte. Desde aquí continuamos bordeando la ensenada de Xan Ferreiro hasta llegar a la playa de Lobeiras. Desde aquí, nos adentramos en un tramo complejo, en medio de formaciones rocosas, entre piedras y coídos, siempre pegados al mar.
Después de este fascinante tramo, alcanzamos el Puerto de Santa Mariña, en un lugar aislado y con hermosas vistas. Salimos del puerto por las casetas, atravesando una playa de piedras (coído) en dirección a la famosa y totalmente espectacular duna de Monte Branco.
Se trata de una de las formaciones naturales más curiosas de Galicia, una duna rampante increíble que asciende por el Monte do Veo hasta una altura de unos 150 metros y desde la cual se nos ofrece una panorámica excepcional de la Playa do Trece y de la Punta do Boi con el Cementerio de los Ingleses.
Subimos al Monte Branco y bajamos por la duna directamente hasta pisar a la salvaje y preciosa Playa do Trece, uno de los arenales más hermosos de toda la Costa da Morte y de la costa gallega en general.
Se trata de un arenal completamente salvaje, a salvo del turismo en general y que se halla practicamente sin accesos. Seguimos descendiendo hasta llegar a la falda de la montaña cubierta de formaciones dunares. Finalmente llegamos a la playa, que en realidad es una sucesión de 3 pequeñas calas que atravesaremos completamente, disfrutando del sonido del mar embravecido y del espectacular paisaje que tenemos, dejando atrás el Monte do Veo (157 m.) cubierto en sus laderas por una amplia lengua de arena arrastrada allí por el fuerte viento que suele soplar en este salvaje lugar.
Después de atravesar la playa nos desplazamos siguiendo la línea de costa por senderos poco definidos, pasando por las cercanías de la Punta das Paredes, hasta contactar con el camino más transitado que nos acerca en seguida al conocido como el "Cementerio de los Ingleses", lugar mítico de la Costa da Morte, en la Punta do Boi, donde hubo numerosos naufragios (hasta 8), siendo el más famoso el del navío inglés "HMS Serpent" el 10-11-1890.
Después de disfrutar de las vistas en este espléndido lugar, continuamos por un camino que sale bordeando la costa, pasando por el Cabo do Trece hasta enlazar algo más adelante con la pista que se dirige hacia Cabo Vilano.
A partir de este punto continuamos cómodamente por la pista que va paralela al mar hasta llegar a un punto donde abandonamos la pista y nos desviamos para recorrer una de las playas de esta zona: la playa de Reira, con hermosas vistas del Cabo Vilano con su imponente faro que ya podemos ver al fondo. Un poco más adelante alcanzamos la Playa da Balea, muy bonita y de arena fina, que bordearemos. En la parte que recorre la pista se halla una indicación que describe que a pocos metros se halla "O Foxo dos Lobos", antigua trampa casi desaparecida en otras partes de Galicia como en Ancares, para atrapar a los lobos y darles muerte.
Bordeando el litoral otro corto tramo más alcanzamos el arenal más bello y recoleto de esta franja de costa: la Playa da Pedrosa, situada el pie mismo del espectacular Monte da Pedrosa (106 m.) con una gran caída de sus altos acantilados.
Regresamos a la pista principal y subimos bordeando el Monte A Pedrosa hasta coger terreno llano que nos dirige a Cabo Vilano. Todo este tramo resulta espectacular por las vistas de los acantilados y del Cabo Vilano, que podemos ver en todo su esplendor, con la casa del farero y su faro al cual se accedía por un túnel.
Seguimos avanzando y comenzamos a ver a nuestra izquierda los molinos del campo de aerogeneradores de Cabo Vilano. Llegamos al cruce con la carretera que se dirige al Faro y de frente tenemos las enormes instalaciones de la piscifactoría de rodaballo de Stolz Sea Farm, que contrastan negativamente con la hermosa zona natural que estamos atravesando y con el entorno del Faro Vilano.
Cogemos un camino que nos lleva de nuevo al borde del mar, disfrutando de las hermosas vistas y pasando por varias calas de pedregales, que en esta zona se llaman "coídos".
De repente, aparece ante nosotros la silueta de la hermosa Ermita da Virxe do Monte, a la cual nos dirigiremos, situada en un punto estratégido y auténtica atalaya desde la cual se puede ver un amplio tramo de costa desde Cabo Vilano hasta Muxía y la ría de Camariñas. El origen de este santuario es desconocido. La capilla actual es del siglo XVIII, y se construyó para sustituir a la anterior que se encontraba en ruinas. Una de las explicaciones para explicar la localización de esta capilla, en un lugar espectacular, es la cristianización de un antiguo lugar de ritos paganos. Hay 3 leyendas que tratan de explicar el origen del santuario: la primera dice que la Virgen se apareció a unos pastores que estaban rezando en el Monte Farelo. Las otras dos hablan de milagros realizados por la Virgen al salvar a marineros que se encontraban en peligro. Antiguamente las mujeres de los marineros se acercaban al santuario para hacer un cambio de teja, según el lugar de donde soplaba el viento, y favorecer de esta forma la llegada de las embarcaciones sanas y salvas al puerto, cuando había temporal.
Después de ver la ermita, descendemos en dirección a la recóndita y bella Playa de Lago, apta para el baño y a salvo del turismo masivo. Seguimos por un camino que va bordeando la costa desviándonos hasta un faro y las antiguas ruinas de una cetárea. Finalmente, llegamos a la entrada de Camariñas, donde se halla el faro del mismo nombre y las ruinas del castillo del Soberano, que está siendo rehabilitado para su visita.
Entramos en la conocida villa de Camariñas, alcanzando su atractivo puerto y finalizando así esta travesía por la Costa da Morte.
EL CEMENTERIO DE LOS INGLESES
El 8 de noviembre de 1890 parte de Plymouth el buque de la armada inglesa HMS Serpent, rumbo a Sierra Leona. Su excesivo acercamiento a tierra y la escasa luz del antiguo Faro Vilano hizo que el 10-11-1890 chocase contra las rocas y naufragase en este lugar de la costa (Punta do Boi).Aquí fallecen 172 marineros ingleses a escasos metros de la salvación. Sólo se salvaron 3, Bourton, Gould y Lacsne, uno gravemente herido. Vagando por la noche llegaron al lugar de Pescadoira, donde el párroco señor Fábregas les prestó ayuda y movilizó a toda la gente, sacando del mar a la mayoría de los cadáveres (172), que enterraron a pie de mar en lo que hoy es conocido como el cementerio de los ingleses. Tuvo sus divergencias con su colega de Camariñas en dedicarles oraciones ya que sólo 63 eran católicos, actitud que fue censurada por todos.
En el habitáculo interior del cementario permanecen los restos del capitán Ross y oficiales y en el recinto exterior los marineros. El almirantazgo inglés, por el comportamiento de los vecinos, regaló al pueblo de Camariñas un barómetro, al cura de Xaviña una escopeta y al alcalde un reloj. En los primeros años un barco de la armada inglesa se acercaba al lugar para arrojar una corona de flores.
Cada barco de guerra inglés que pasaba cerca de estas costas lanzaba unas salvas de ordenanza en memoria de los compañeros allí enterrados
Este hecho hizo despertar a las autoridades de la época, por la peligrosidad de esta costa, construyendo el Faro de Cabo Vilano, el primer faro eléctrico de España, una majestuosa torre de granito rosado de 24 metros de altura sobre una roca a más de 80 metros sobre el nivel del mar, que es hoy en día uno de los de mayor alcance de la Península.
EL CABO VILANO Y SU FARO
El nombre de Cabo Vilano proviene de un ave que antiguamente era muy común en estas costas, el milano. El primer faro de este cabo, el más antiguo, del que aún se conservan los restos, comenzó a funcionar en 1854. Estaba alimentado por aceite y con un alcance de 10 millas, pero dejaba numerosas zonas muertas en esta peligrosa costa. Después de la tragedia del Serpent, en 1896, se levanta el nuevo faro, el primero de España que funcionó con energía eléctrica.. Está erguido a 125 metros de altitud y unido por un túnel al antiguo edificio de los fareros. Tiene un potente cañón de luz capaz de alcanzar los 55 km, uno de los más potentes de España. El enclave está declarado como Monumento Natural y Sitio Natural de Interés Nacional.
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