24 NOVIEMBRE 2007
RUTA DEL SILENCIO (LOS OSCOS)
Distancia:12 km.
Duración de la ruta: 4 horas
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
La ruta se inicia en San Cristóbal, hermosa aldea abandonada situada en lo alto del pico de Leira, desde donde tenemos unas vistas espectaculares de la Sierra de Bobia y del valle del río Ahío.
Atravesamos la localidad fijándonos en las diversas muestras de arquitectura popular de la zona, en medio de una tranquilidad absoluta y con la sensación de haber retrocedido varios siglos en el tiempo.
Llegamos a la capilla de la aldea desde donde veremos el valle del río Ahío cubierto de un bello manto de bosque autóctono que nos deslumbra con su colorido típico.
Desde aquí iniciamos el descenso por una senda, adentrándonos en un espectacular bosque de castaños, robles, madroños, laureles y acebos, encontrando ejemplares de todas las edades y diferentes tamaños, acompañados de numerosas corripas, nombre que se les da en esta zona asturiana a las construcciones circulares de piedra en las que se almacenaban los erizos de los castaños, así como cortines, cercados circulares de piedra de varios metros de alto dentro de los que se situaban las colmenas (trobos) con el fin de protegerlas de los osos y otros animales.
Cruzamos el río Ahío, de aguas claras y cristalinas, y comenzamos a subir, siempre en medio de un magnífico bosque denso, pasamos las ruinas de un viejo molino que merece la pena observar, y finalmente llegamos a Mourelle, aldea abandonada perdida en el tiempo y en medio del bosque, sin apenas accesos.
Continuamos por el sendero, ahora ya en subida fuerte y acentuada, hasta conseguir llegar al pico de Balongo, con 811 m de altura, donde se encuentra la maravillosa Braña de Balongo, que conserva los restos de las cabañas de los pastores y que está situada en un lugar excepcional con vistas de gran parte de la sierra de la Bobia y de los pueblos circundantes: San Cristóbal, Sela de Murias y La Bobia.
Después de un merecido descanso y de relajar nuestros ojos con el paisaje que tenemos delante, continuamos por la senda hasta salir a una pista que en poco tiempo nos acerca a otra de las aldeas abandonadas de esta ruta: El Brusquete, con las ruinas de las viviendas aprovechadas para sostener los colmenares de las abejas.
Una vez pasado el pueblo, acaba la pista y da la sensación de que se acaba el acceso, pero si nos fijamos más detalladamente, vemos que sale un sendero que comienza a bajar de nuevo hasta el fondo del valle, y que nos introduce de nuevo en lo más profundo del bosque en el que apenas llega la luz.
La bajada es bastante fuerte, por lo que se debe realizar con cuidado y al llegar a un punto nos desviamos a la derecha para poder contemplar una hermosa y escondida cascada (conocidas en esta zona como seimeiras).
Retomamos el camino y seguimos descendiendo hasta cruzar el río por un puente de troncos, llegamos a las ruinas de otro molino y comenzamos a subir duramente, hasta finalmente salir del bosque y comenzar a divisar paisajes más abiertos, consiguiendo en poco tiempo llegar de nuevo a la aldea de San Cristóbal, punto de inicio y final de la ruta.
RUTA DEL SILENCIO (LOS OSCOS)
Distancia:12 km.
Duración de la ruta: 4 horas
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
La ruta se inicia en San Cristóbal, hermosa aldea abandonada situada en lo alto del pico de Leira, desde donde tenemos unas vistas espectaculares de la Sierra de Bobia y del valle del río Ahío.
Atravesamos la localidad fijándonos en las diversas muestras de arquitectura popular de la zona, en medio de una tranquilidad absoluta y con la sensación de haber retrocedido varios siglos en el tiempo.
Llegamos a la capilla de la aldea desde donde veremos el valle del río Ahío cubierto de un bello manto de bosque autóctono que nos deslumbra con su colorido típico.
Desde aquí iniciamos el descenso por una senda, adentrándonos en un espectacular bosque de castaños, robles, madroños, laureles y acebos, encontrando ejemplares de todas las edades y diferentes tamaños, acompañados de numerosas corripas, nombre que se les da en esta zona asturiana a las construcciones circulares de piedra en las que se almacenaban los erizos de los castaños, así como cortines, cercados circulares de piedra de varios metros de alto dentro de los que se situaban las colmenas (trobos) con el fin de protegerlas de los osos y otros animales.
Cruzamos el río Ahío, de aguas claras y cristalinas, y comenzamos a subir, siempre en medio de un magnífico bosque denso, pasamos las ruinas de un viejo molino que merece la pena observar, y finalmente llegamos a Mourelle, aldea abandonada perdida en el tiempo y en medio del bosque, sin apenas accesos.
Continuamos por el sendero, ahora ya en subida fuerte y acentuada, hasta conseguir llegar al pico de Balongo, con 811 m de altura, donde se encuentra la maravillosa Braña de Balongo, que conserva los restos de las cabañas de los pastores y que está situada en un lugar excepcional con vistas de gran parte de la sierra de la Bobia y de los pueblos circundantes: San Cristóbal, Sela de Murias y La Bobia.
Después de un merecido descanso y de relajar nuestros ojos con el paisaje que tenemos delante, continuamos por la senda hasta salir a una pista que en poco tiempo nos acerca a otra de las aldeas abandonadas de esta ruta: El Brusquete, con las ruinas de las viviendas aprovechadas para sostener los colmenares de las abejas.
Una vez pasado el pueblo, acaba la pista y da la sensación de que se acaba el acceso, pero si nos fijamos más detalladamente, vemos que sale un sendero que comienza a bajar de nuevo hasta el fondo del valle, y que nos introduce de nuevo en lo más profundo del bosque en el que apenas llega la luz.
La bajada es bastante fuerte, por lo que se debe realizar con cuidado y al llegar a un punto nos desviamos a la derecha para poder contemplar una hermosa y escondida cascada (conocidas en esta zona como seimeiras).
Retomamos el camino y seguimos descendiendo hasta cruzar el río por un puente de troncos, llegamos a las ruinas de otro molino y comenzamos a subir duramente, hasta finalmente salir del bosque y comenzar a divisar paisajes más abiertos, consiguiendo en poco tiempo llegar de nuevo a la aldea de San Cristóbal, punto de inicio y final de la ruta.
2 comentarios:
Hola, queremos hacer esta ruta en octubre. Mi pregunta es si la subida es muy larga y fuerte. Es que vamos gente de diversas edades y desigual condición física.
Muchas gracias y un saludo
Carmen Vila Otero
Estimada Carmen:
La ruta es de dificultad Media porque tiene diversos desniveles de bajada y subida, sin embargo es perfectamente asequible para cualquier senderista con un nivel físico aceptable.
La única subida fuerte es desde la aldea de Mourelle hasta la braña de Valongo, también hay que subir en la parte final desde el río hasta llegar a San Cristóbal, aunque no es nada del otro mundo y se hace sin problemas. Es más fuerte y peor, muy pendiente y por terreno malo, la bajada desde El Brusquete hacia el río.
La ruta es muy bonita y merece la pena, aunque requiere un esfuerzo por esos desniveles.
Saludos
Club Acivro
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