20 DE OCTUBRE DE 2018
TRAVESÍA PIEDRASECHA-DESFILADERO DE CALDERONES-PICO AMARGONES-VEGAS DEL PALOMAR-MIRANTES DE LUNA
(PARQUE NATURAL DE BABIA-LUNA EN LEÓN)
Distancia: 17 km
Duración de la ruta: 5 horas y media
Dificultad: Media
Tipo de ruta: Travesía
Descripción de la ruta:
Se trata de una maravillosa ruta de alta montaña que discurre por los municipios de Carrocera y Los Barrios de Luna, dentro del Parque Natural de Babia-Luna en León, y que nos va a permitir contemplar espectaculares paisajes de alta montaña en una zona caracterizada por su aislamiento y su tranquilidad.
Partiendo del pueblo leonés de Piedrasecha, a 1121 metros de altitud, accederemos al impresionante Desfiladero de los Calderones, profundo, estrecho y con paredes verticales que discurren sobre el lecho del arroyo que en verano se sumerge bajo tierra.
A continuación, emprenderemos la ascensión al pico Amargones (1898 m), uno de los más relevantes de la zona desde el cual se contempla un espectacular vista de gran parte de la comarca de babia-luna, y que además cuenta con antiguos parapetos y trincheras militares de la Guerra Civil.
Desde aquí, recorreremos las hermosas Vegas del Palomar, antiguos puertos a los que subían los ganados trashumantes, y que constituyen un lugar idilico y una delicia para los sentidos.
Por último, accederemos al valle de Mirantes de Luna en el que se encuentra el sabinar de Mirantes, el más occidental de la Península Ibérica y de toda Europa, que es una reliquia de bosque más propia de otras latitudes
El Parque Natural de Babia-Luna en León, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es uno de los espacios naturales más maravillosos existentes en España, que se distingue por sus impresionantes paisajes y altas montañas calizas, que además es posible recorrer en soledad y tranquilidad.
En esta ocasión realizaremos una travesía que conecta los municipios de Carrocera y Los Barrios de Luna que nos va a permitir contemplar varios de los lugares y espacios más relevantes de este sector de Babia.
Iniciamos esta espectacular travesía de alta montaña en el pueblo leonés de Piedrasecha, perteneciente al municipio de Carrocera, situado a una altitud de 1160 metros. El pueblo está enclavado en un bello lugar, con acceso dificultoso por una sinuosa y estrecha carretera y que es el punto de acceso al impresionante desfiladero de los Calderones.
Atravesamos el pueblo y nos internamos poco a poco en el desfiladero de los Calderones, impresionante y profunda garganta donde no llegan los rayos del sol, y con paredes verticales que en algunos tramos llegan casi a tocarse a la vez por su estrechez.
Pasamos por delante de una formación silícea llamativa por los líquenes amarillentos que la colonizan y que se llama El Serrón, para llegar algo más adelante a la fuente del Manadero.
Avanzamos unos metros y llegamos al desvío a la Cueva de las Palomas, cueva natural inmersa en el desfiladero donde se encuentra la ermita rupestre de la Virgen del Manadero, cuya romería se celebra el último domingo de julio, congregando a vecinos de toda la comarca.
Tras ver la ermita, nos adentramos en la parte más espectacular del desfiladero, caminando sobre el lecho rocoso del arroyo de Calderones, algo que sólo se puede realizar en verano, porque en época de lluvias el río fluye por la superficie y el recorrido es impracticable.
Poco a poco vamos saliendo del desfiladero hasta llegar a la Vega de Santas Martas, donde hay una cabaña y donde hubo antaño un pueblo con una abadía que fueron abandonados y cayeron en el olvido.
El antiguo pueblo de Santas Martas tiene una leyenda que cuenta que el pueblo entero murió tras comer la hostia por una “vacaloria” (nombre por el que se conoce en la zona a la salamandra) que contaminó la masa del pan que se repartía en la misa. La noche anterior, una de las vecinas fue por agua al arroyo, alumbrada apenas con la luz del candil y al coger el agua, cogió sin darse cuenta la vacaloria, con lo cual al amasar el pan, lo envenenó. Tan sólo se salvó una vieja que, postrada en cama, no pudo asistir a misa, siendo heredera de todos los bienes y terrenos del pueblo.
Desde Santas Martas, iniciamos el ascenso más monótono por pista hasta el collado del Fito, que nos sitúa en los 1680 m. de altitud. Desde el collado continuamos subiendo hasta llegar a un mirador natural, desde el cual ya contemplamos una estupenda vista de la Peña de Santas Martas, Peña la Rueda, Alto de la Viesca y la Peña Los Machaos, las montañas circundantes, que en su mayoría cuentan en sus cumbres con restos de parapetos y trincheras de la Guerra Civil.
Llegamos a un nuevo collado desde el cual iniciamos el ascenso final al pico Amargones, cuya parte final es un enorme canchal de piedras, por el cual hay que transitar con precaución y con tiempo seco. En la aproximación al pico, pasaremos por delante de antiguos parapetos de la Guerra Civil.
Finalmente, alcanzamos la cumbre del pico Amargones (1898 m.) desde el cual obtenemos una sublime vista de gran parte de las montañas de Babia y de pueblos como la Pola de Gordón y Cabornera.
Descendemos del pico y nos adentramos en las maravillosas Vegas del Palomar, lugar idílico rodeado de montañas donde subían antaño los ganados trashumantes y que constituyen los mejores pastizales de montaña de este sector.
Recorremos las Vegas, pasando por las cercanías del pico Feliciano, hasta llegar al Alto de la Ensancha, desde el cual contemplamos una fantástica vista de la zona.
Descendemos ahora bruscamente por pradería hasta llegar a un collado y después hasta un cruce donde contactamos con una pista que se interna en el enorme sabinar de Mirantes.
Sin coger la pista, ascendemos por pradería bordeando la Peña de los Refoyos hasta llegar a una cabaña, en la base de los Monte Tijera, donde podremos detenernos a contemplar el bello paisaje que tenemos delante.
A partir de aquí, comenzamos el descenso hacia el embalse de Barrios de Luna por terreno irregular, por un estrecho sendero, en ocasiones difícil de seguir, por lo cual es necesario el uso de GPS para no errar el mismo.
En el descenso, contemplamos claramente el enorme sabinar de Mirantes, el más occidental de la Península Ibérica y de Europa, y que tapiza todos los montes de esta zona.
Finalmente, alcanzamos la aldea de Mirantes de Luna, sumida en el olvido y que quedó en ruinas cuando se ejecutó la construcción del embalse en el año 1956.
Tras la aldea de Mirantes, llegamos al club náutico, pegado al embalse de Barrios de Luna, donde terminamos esta fantástica travesía por la comarca de Babia.
TRAVESÍA PIEDRASECHA-DESFILADERO DE CALDERONES-PICO AMARGONES-VEGAS DEL PALOMAR-MIRANTES DE LUNA
(PARQUE NATURAL DE BABIA-LUNA EN LEÓN)
Distancia: 17 km
Duración de la ruta: 5 horas y media
Dificultad: Media
Tipo de ruta: Travesía
Descripción de la ruta:
Se trata de una maravillosa ruta de alta montaña que discurre por los municipios de Carrocera y Los Barrios de Luna, dentro del Parque Natural de Babia-Luna en León, y que nos va a permitir contemplar espectaculares paisajes de alta montaña en una zona caracterizada por su aislamiento y su tranquilidad.
Partiendo del pueblo leonés de Piedrasecha, a 1121 metros de altitud, accederemos al impresionante Desfiladero de los Calderones, profundo, estrecho y con paredes verticales que discurren sobre el lecho del arroyo que en verano se sumerge bajo tierra.
A continuación, emprenderemos la ascensión al pico Amargones (1898 m), uno de los más relevantes de la zona desde el cual se contempla un espectacular vista de gran parte de la comarca de babia-luna, y que además cuenta con antiguos parapetos y trincheras militares de la Guerra Civil.
Desde aquí, recorreremos las hermosas Vegas del Palomar, antiguos puertos a los que subían los ganados trashumantes, y que constituyen un lugar idilico y una delicia para los sentidos.
Por último, accederemos al valle de Mirantes de Luna en el que se encuentra el sabinar de Mirantes, el más occidental de la Península Ibérica y de toda Europa, que es una reliquia de bosque más propia de otras latitudes
El Parque Natural de Babia-Luna en León, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es uno de los espacios naturales más maravillosos existentes en España, que se distingue por sus impresionantes paisajes y altas montañas calizas, que además es posible recorrer en soledad y tranquilidad.
En esta ocasión realizaremos una travesía que conecta los municipios de Carrocera y Los Barrios de Luna que nos va a permitir contemplar varios de los lugares y espacios más relevantes de este sector de Babia.
Iniciamos esta espectacular travesía de alta montaña en el pueblo leonés de Piedrasecha, perteneciente al municipio de Carrocera, situado a una altitud de 1160 metros. El pueblo está enclavado en un bello lugar, con acceso dificultoso por una sinuosa y estrecha carretera y que es el punto de acceso al impresionante desfiladero de los Calderones.
Atravesamos el pueblo y nos internamos poco a poco en el desfiladero de los Calderones, impresionante y profunda garganta donde no llegan los rayos del sol, y con paredes verticales que en algunos tramos llegan casi a tocarse a la vez por su estrechez.
Pasamos por delante de una formación silícea llamativa por los líquenes amarillentos que la colonizan y que se llama El Serrón, para llegar algo más adelante a la fuente del Manadero.
Avanzamos unos metros y llegamos al desvío a la Cueva de las Palomas, cueva natural inmersa en el desfiladero donde se encuentra la ermita rupestre de la Virgen del Manadero, cuya romería se celebra el último domingo de julio, congregando a vecinos de toda la comarca.
Tras ver la ermita, nos adentramos en la parte más espectacular del desfiladero, caminando sobre el lecho rocoso del arroyo de Calderones, algo que sólo se puede realizar en verano, porque en época de lluvias el río fluye por la superficie y el recorrido es impracticable.
Poco a poco vamos saliendo del desfiladero hasta llegar a la Vega de Santas Martas, donde hay una cabaña y donde hubo antaño un pueblo con una abadía que fueron abandonados y cayeron en el olvido.
El antiguo pueblo de Santas Martas tiene una leyenda que cuenta que el pueblo entero murió tras comer la hostia por una “vacaloria” (nombre por el que se conoce en la zona a la salamandra) que contaminó la masa del pan que se repartía en la misa. La noche anterior, una de las vecinas fue por agua al arroyo, alumbrada apenas con la luz del candil y al coger el agua, cogió sin darse cuenta la vacaloria, con lo cual al amasar el pan, lo envenenó. Tan sólo se salvó una vieja que, postrada en cama, no pudo asistir a misa, siendo heredera de todos los bienes y terrenos del pueblo.
Desde Santas Martas, iniciamos el ascenso más monótono por pista hasta el collado del Fito, que nos sitúa en los 1680 m. de altitud. Desde el collado continuamos subiendo hasta llegar a un mirador natural, desde el cual ya contemplamos una estupenda vista de la Peña de Santas Martas, Peña la Rueda, Alto de la Viesca y la Peña Los Machaos, las montañas circundantes, que en su mayoría cuentan en sus cumbres con restos de parapetos y trincheras de la Guerra Civil.
Llegamos a un nuevo collado desde el cual iniciamos el ascenso final al pico Amargones, cuya parte final es un enorme canchal de piedras, por el cual hay que transitar con precaución y con tiempo seco. En la aproximación al pico, pasaremos por delante de antiguos parapetos de la Guerra Civil.
Finalmente, alcanzamos la cumbre del pico Amargones (1898 m.) desde el cual obtenemos una sublime vista de gran parte de las montañas de Babia y de pueblos como la Pola de Gordón y Cabornera.
Descendemos del pico y nos adentramos en las maravillosas Vegas del Palomar, lugar idílico rodeado de montañas donde subían antaño los ganados trashumantes y que constituyen los mejores pastizales de montaña de este sector.
Recorremos las Vegas, pasando por las cercanías del pico Feliciano, hasta llegar al Alto de la Ensancha, desde el cual contemplamos una fantástica vista de la zona.
Descendemos ahora bruscamente por pradería hasta llegar a un collado y después hasta un cruce donde contactamos con una pista que se interna en el enorme sabinar de Mirantes.
Sin coger la pista, ascendemos por pradería bordeando la Peña de los Refoyos hasta llegar a una cabaña, en la base de los Monte Tijera, donde podremos detenernos a contemplar el bello paisaje que tenemos delante.
A partir de aquí, comenzamos el descenso hacia el embalse de Barrios de Luna por terreno irregular, por un estrecho sendero, en ocasiones difícil de seguir, por lo cual es necesario el uso de GPS para no errar el mismo.
En el descenso, contemplamos claramente el enorme sabinar de Mirantes, el más occidental de la Península Ibérica y de Europa, y que tapiza todos los montes de esta zona.
Finalmente, alcanzamos la aldea de Mirantes de Luna, sumida en el olvido y que quedó en ruinas cuando se ejecutó la construcción del embalse en el año 1956.
Tras la aldea de Mirantes, llegamos al club náutico, pegado al embalse de Barrios de Luna, donde terminamos esta fantástica travesía por la comarca de Babia.
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