21 DE FEBRERO DE 2015
RUTA CAÑÓN DEL SIL-MONASTERIO DE SANTA CRISTINA(PARADA DO SIL-OURENSE)
(PROYECTO RIBEIRA SACRA)
Distancia: 21 km
Duración de la ruta: 6 horas y media
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
Estamos ante una de las rutas más hermosas que se pueden realizar en el espacio natural de la Ribeira Sacra, dentro de la provincia de Ourense, que se distingue por la gran variedad de elementos tanto naturales como etnográficos que se pueden contemplar en todo su recorrido, haciendo de este itinerario único e irrepetible.
A lo largo de este itinerario tendremos la ocasión de ver algunos de los mejores bosques existentes en toda Galicia, auténticamente maravillosos y practicamente inalterados, entre los que destacan soutos y robledales con ejemplares centenarios.
Además, dentro del ámbito etnográfico, visitaremos diversos molinos destacando los de Entrambosríos y Rabacallos; un buen número de sequeiros, las antiguas construcciones que se empleaban como secaderos para las castañas; y el Foso del Lobo, antigua trampa para cazar lobos y que es muy difícil de poder ver ya que practicamente han desaparecido.
En la ruta también atravesaremos las interesantes zonas de viñedos de San Vitorio, pasando entre las distintas fincas, y contemplaremos varios de los impresionantes miradores sobre el Cañón del Sil, destacando el famoso Mirador de los Balcones de Madrid (de referencia en toda la Ribeira Sacra), el Mirador do Fontal y el Mirador das Fontiñas
Por último, atravesaremos diversas y atractivas aldeas de la zona como Sardela, Fondo de Vila, Portela, Castro y Chamoso, que ofrecen una estampa de los modos de vida de esta zona y de sus habitantes.
Iniciamos la ruta en la localidad orensana de Parada de Sil, pequeña población que resulta el punto de partida ideal para realizar incursiones en la Ribeira Sacra por la parte de Ourense.
Desde la misma plaza del pueblo, salimos por la parte derecha por una de las calles. En seguida conectamos con un estrecho camino que se introduce a los pocos minutos en uno de los bellos bosques que conforman esta ruta, que serán la tónica dominante durante gran parte de la misma.
El camino discurre bien delimitado, entre antiguos muros de piedra, y resulta una delicia recorrerlos, en medio de una tranquilidad y silencio absoluto y en un entorno natural maravilloso.
Al poco tiempo entramos en Sardela, pequeña población, pasando por su plaza, para retomar el camino que va por el bosque. Continuamos la ruta atravesando los primeros soutos, con ejemplares centenarios, que van alternando en ocasiones con robledales.
Salvamos varios arroyos por medio de puentes de madera colocados al efecto y entramos en la pequeña localidad de Entrambosríos, con sólo 2 ó 3 casas, y descendemos al nivel del arroyo de Os Fiós, para llegar a los molinos de Entrambosríos, conjunto de dos molinos que se conservan en buen estado en un lugar muy hermoso, pegado al río. Los molinos fueron propiedad de la Casa de As Quintás, y en los cuales trabajó como encargado de la molienda Agustín Rodríguez, que llegó de Tierras de Lemos, casándose con Amalia Losada de Entrambosríos, haciendo de dicho oficio el modo de vida para toda la familia.
Seguimos el recorrido atravesando varios puentes más y recorriendo los fantásticos bosques de este tramo de ruta. Al llegar a un punto, pasamos por delante de algún sequeiro abandonado, antiguas construcciones donde se secaban las castañas y que estaban situados dentro de los soutos.
Un poco más adelante, comenzamos los primeros desniveles y ascendemos hasta pasar por senderos muy estrechos entre los viñedos de San Vitorio, en una zona muy bonita y atractiva, y que refleja una de las actividades de mayor importancia de toda la Ribeira Sacra: la cultura del vino.
Seguimos subiendo duramente por el sendero, ganando metros, hasta salir a un ancho camino desde donde tenemos las primeras vistas excepcionales del Cañón del Sil, con un buen número de pueblos cercanos a sus orillas y los viñedos en sus laderas.
Después de un rato entramos en el pueblo de Fondo de Vila, con encanto especial, donde se respira una gran tranquilidad. Aquí podremos saciar nuestra sed en una buena fuente.
Salimos del pueblo y continuamos por caminos hasta llegar a una buena pista donde se halla un campo de fútbol. Unos metros más adelante llegamos al denominado Foso del Lobo, antigua trampa para cazar lobos consistente en un profundo agujero, en el fonde del cual se ponía una oveja o cabra para que el lobo entrara a por ella. Una vez que había entrado ya no era capaz de salir y los habitantes de la zona podían abatirlo. Nadie recuerda ya el último lobo cazado en este pozo. Hoy en día, hace más de 40 años que ya no se escuchan lobos en el municipio de Parada de Sil, por lo que puede dejarse el ganado sin miedo a un ataque.
Después de ver el Foso del Lobo, continuamos hasta llegar a uno de los puntos culminantes de la ruta: el impresionante Mirador de los Balcones de Madrid, también conocido como Mirador dos Torgais. Desde este lugar, se puede apreciar uno de los puntos más abruptos del cañón, por donde pasan cada cierto tiempo los catamaranes de la Diputación. Enfrente podemos divisar el Santuario de la Virgen de las Cadeiras y muy al fondo Monforte de Lemos. El mirador tiene dos partes donde se pueden disfrutar de las vistas.
Después de relajarnos y disfrutar del paisaje, continuamos por la pista ahora en descenso hasta llegar al desvío que conduce a un nuevo mirador: el Mirador do Fental, mucho más natural que el anterior, más aislado, y desde donde se disfruta de aún si cabe mejores vistas que desde los Balcones de Madrid.
Regresamos al camino y nos dirigimos al Mirador das Fontiñas, mucho más discreto que los anteriores, desde donde veremos un pequeño tramo del río Sil y del cañón.
Seguimos por un buen camino que nos lleva a una nueva aldea: Portela, que también cuenta con una fuente donde refrescarnos. Bordeamos la aldea y pasamos por delante de un molino. Seguimos ascendiendo hasta llegar a un conjunto muy bonito de sequeiros, abandonados, que se conservan en el medio de un bello souto.
A partir de este punto el sendero discurre a media ladera, en medio de un fascinante bosque, que en ocasiones se abre permitiendo contemplar el cañón del Sil en todo su esplendor. Llegamos a un cruce, que nos conduce en pocos metros al Monasterio de Sta. Cristina, una de las joyas medievales de la Ribeira Sacra. El monasterio cuenta con la iglesia en buen estado y un claustro y dependencias anexas parcialmente reconstruidas, y está situado en un lugar muy bello, al lado mismo del río Sil en el fondo del cañón, embebido en un souto de castaños.
Después de contemplar el monasterio, volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce anterior, y seguimos el sendero, ascendiendo duramente hasta alcanzar la aldea de Castro, con un cámping.
Pasamos Castro y nos volvemos a desviar por caminos hasta llegar a Chamoso, aldea abandonada que tiene el encanto del aislamiento y de la decadencia. Seguimos la ruta, atravesando la carretera una vez más, hasta llegar a un cruce de un río, que en época de lluvias puede dar problemas porque se desborda, en cuyo caso habría que descalzarse para vadearlo.
Poco después, ya alcanzamos el pueblo de inicio Parada de Sil, donde acaba esta fascinante ruta por la Ribeira Sacra
EL MONASTERIO DE SANTA CRISTINA
En el siglo VI, monjes como San Martín Dumiense y San Fructuoso de Braga llegan a estas tierras e impulsan dentro de la orden benedictina los asentamientos eremíticos en lugares despoblados, ajenos al mundanal bullicio, donde el "ora et labora" se pueda llevar a cabo en la soledad y el silencio requeridos. Estos asentamientos son los que más tarde darían origen a los grandes monasterios.
La Ribeira Sacra fue uno de esos lugares de la vida eremítica, un vergel de oración donde se van a erigir las iglesias de estos monasterios con una clara y eficaz misión pastoril. En esta zona, paraje de excepcional riqueza natural, se construirán a lo largo del tiempo 18 monasterios medievales, cuyas iglesias representan alguno de los modelos más emblemáticos del románico peninsular.
El Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, de estilo románico, es uno de los grandes templos de la Ribeira Sacra, teniendo el máximo interés desde el punto de vista artístico y arquitectónico.
Está enclavado en un bello paraje a orillas del río Sil, en el souto de Merilán, debajo del Monte Varona, en el municipio de Parada de Sil. Sus orígenes son inciertos y, como se comentó antes, seguramente fue inicialmente un centro eremítico, transformándose posteriormente en un cenobio.
Las primeras menciones documentales datan de finales del siglo X. El monasterio, con importantes privilegios reales y protección papal, tenía una amplia jurisdicción en un amplio tramo del río Sil, explotando la agricultura, la vid, los castaños y los recursos fluviales. Con el transcurso de la historia, tras siglos de decadencia, en 1508 pasa a depender, en calidad de priorato, del monasterio de San Esteban de Ribas de Sil. En el siglo XIX queda abandonado con la desamortización de Mendizábal y pasa a manos particulares que lo destinana a granja de labor.
El templo, a pesar de que se encuentra parcialmente en ruinas, cuenta con una iglesia románica (s. XII) de altísimo valor con un magnífico rosetón, valiosas pinturas murales y un hermoso claustro.
Además de su gran importancia arquitectónica e histórica, algo que poca gente sabe es que el monasterio es uno de los refugios de murciélagos más importantes que se concen en Galicia. Alberga una pequeña colonia de murciélago de herradura pequeño en su iglesia, y además se han encontrado al menos otras 12 especies, algunas de las cuales como el murciélago de herradura grande, el orejudo gris o el murciélago ratonero parto, también crían en él.
El murciélago de herradura pequeño (Rhinolophus hipposideros) es de tamaño pequeño, llega a vivir 20 años, y tiene una nariz con forma de herradura. Utiliza habitualmente construcciones humanas durante la época de cría y muestra una fuerte tendencia a retornar año tras año al mismo refugio de cría. Se alimenta exclusivamente de pequeños insectos como típulas y mariposas nocturnas, por lo que resulta un eficaz aliado contra algunas plagas de cultivos y praderías.
RUTA CAÑÓN DEL SIL-MONASTERIO DE SANTA CRISTINA(PARADA DO SIL-OURENSE)
(PROYECTO RIBEIRA SACRA)
Distancia: 21 km
Duración de la ruta: 6 horas y media
Dificultad: Media
Descripción de la ruta:
Estamos ante una de las rutas más hermosas que se pueden realizar en el espacio natural de la Ribeira Sacra, dentro de la provincia de Ourense, que se distingue por la gran variedad de elementos tanto naturales como etnográficos que se pueden contemplar en todo su recorrido, haciendo de este itinerario único e irrepetible.
A lo largo de este itinerario tendremos la ocasión de ver algunos de los mejores bosques existentes en toda Galicia, auténticamente maravillosos y practicamente inalterados, entre los que destacan soutos y robledales con ejemplares centenarios.
Además, dentro del ámbito etnográfico, visitaremos diversos molinos destacando los de Entrambosríos y Rabacallos; un buen número de sequeiros, las antiguas construcciones que se empleaban como secaderos para las castañas; y el Foso del Lobo, antigua trampa para cazar lobos y que es muy difícil de poder ver ya que practicamente han desaparecido.
En la ruta también atravesaremos las interesantes zonas de viñedos de San Vitorio, pasando entre las distintas fincas, y contemplaremos varios de los impresionantes miradores sobre el Cañón del Sil, destacando el famoso Mirador de los Balcones de Madrid (de referencia en toda la Ribeira Sacra), el Mirador do Fontal y el Mirador das Fontiñas
Por último, atravesaremos diversas y atractivas aldeas de la zona como Sardela, Fondo de Vila, Portela, Castro y Chamoso, que ofrecen una estampa de los modos de vida de esta zona y de sus habitantes.
Iniciamos la ruta en la localidad orensana de Parada de Sil, pequeña población que resulta el punto de partida ideal para realizar incursiones en la Ribeira Sacra por la parte de Ourense.
Desde la misma plaza del pueblo, salimos por la parte derecha por una de las calles. En seguida conectamos con un estrecho camino que se introduce a los pocos minutos en uno de los bellos bosques que conforman esta ruta, que serán la tónica dominante durante gran parte de la misma.
El camino discurre bien delimitado, entre antiguos muros de piedra, y resulta una delicia recorrerlos, en medio de una tranquilidad y silencio absoluto y en un entorno natural maravilloso.
Al poco tiempo entramos en Sardela, pequeña población, pasando por su plaza, para retomar el camino que va por el bosque. Continuamos la ruta atravesando los primeros soutos, con ejemplares centenarios, que van alternando en ocasiones con robledales.
Salvamos varios arroyos por medio de puentes de madera colocados al efecto y entramos en la pequeña localidad de Entrambosríos, con sólo 2 ó 3 casas, y descendemos al nivel del arroyo de Os Fiós, para llegar a los molinos de Entrambosríos, conjunto de dos molinos que se conservan en buen estado en un lugar muy hermoso, pegado al río. Los molinos fueron propiedad de la Casa de As Quintás, y en los cuales trabajó como encargado de la molienda Agustín Rodríguez, que llegó de Tierras de Lemos, casándose con Amalia Losada de Entrambosríos, haciendo de dicho oficio el modo de vida para toda la familia.
Seguimos el recorrido atravesando varios puentes más y recorriendo los fantásticos bosques de este tramo de ruta. Al llegar a un punto, pasamos por delante de algún sequeiro abandonado, antiguas construcciones donde se secaban las castañas y que estaban situados dentro de los soutos.
Un poco más adelante, comenzamos los primeros desniveles y ascendemos hasta pasar por senderos muy estrechos entre los viñedos de San Vitorio, en una zona muy bonita y atractiva, y que refleja una de las actividades de mayor importancia de toda la Ribeira Sacra: la cultura del vino.
Seguimos subiendo duramente por el sendero, ganando metros, hasta salir a un ancho camino desde donde tenemos las primeras vistas excepcionales del Cañón del Sil, con un buen número de pueblos cercanos a sus orillas y los viñedos en sus laderas.
Después de un rato entramos en el pueblo de Fondo de Vila, con encanto especial, donde se respira una gran tranquilidad. Aquí podremos saciar nuestra sed en una buena fuente.
Salimos del pueblo y continuamos por caminos hasta llegar a una buena pista donde se halla un campo de fútbol. Unos metros más adelante llegamos al denominado Foso del Lobo, antigua trampa para cazar lobos consistente en un profundo agujero, en el fonde del cual se ponía una oveja o cabra para que el lobo entrara a por ella. Una vez que había entrado ya no era capaz de salir y los habitantes de la zona podían abatirlo. Nadie recuerda ya el último lobo cazado en este pozo. Hoy en día, hace más de 40 años que ya no se escuchan lobos en el municipio de Parada de Sil, por lo que puede dejarse el ganado sin miedo a un ataque.
Después de ver el Foso del Lobo, continuamos hasta llegar a uno de los puntos culminantes de la ruta: el impresionante Mirador de los Balcones de Madrid, también conocido como Mirador dos Torgais. Desde este lugar, se puede apreciar uno de los puntos más abruptos del cañón, por donde pasan cada cierto tiempo los catamaranes de la Diputación. Enfrente podemos divisar el Santuario de la Virgen de las Cadeiras y muy al fondo Monforte de Lemos. El mirador tiene dos partes donde se pueden disfrutar de las vistas.
Después de relajarnos y disfrutar del paisaje, continuamos por la pista ahora en descenso hasta llegar al desvío que conduce a un nuevo mirador: el Mirador do Fental, mucho más natural que el anterior, más aislado, y desde donde se disfruta de aún si cabe mejores vistas que desde los Balcones de Madrid.
Regresamos al camino y nos dirigimos al Mirador das Fontiñas, mucho más discreto que los anteriores, desde donde veremos un pequeño tramo del río Sil y del cañón.
Seguimos por un buen camino que nos lleva a una nueva aldea: Portela, que también cuenta con una fuente donde refrescarnos. Bordeamos la aldea y pasamos por delante de un molino. Seguimos ascendiendo hasta llegar a un conjunto muy bonito de sequeiros, abandonados, que se conservan en el medio de un bello souto.
A partir de este punto el sendero discurre a media ladera, en medio de un fascinante bosque, que en ocasiones se abre permitiendo contemplar el cañón del Sil en todo su esplendor. Llegamos a un cruce, que nos conduce en pocos metros al Monasterio de Sta. Cristina, una de las joyas medievales de la Ribeira Sacra. El monasterio cuenta con la iglesia en buen estado y un claustro y dependencias anexas parcialmente reconstruidas, y está situado en un lugar muy bello, al lado mismo del río Sil en el fondo del cañón, embebido en un souto de castaños.
Después de contemplar el monasterio, volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce anterior, y seguimos el sendero, ascendiendo duramente hasta alcanzar la aldea de Castro, con un cámping.
Pasamos Castro y nos volvemos a desviar por caminos hasta llegar a Chamoso, aldea abandonada que tiene el encanto del aislamiento y de la decadencia. Seguimos la ruta, atravesando la carretera una vez más, hasta llegar a un cruce de un río, que en época de lluvias puede dar problemas porque se desborda, en cuyo caso habría que descalzarse para vadearlo.
Poco después, ya alcanzamos el pueblo de inicio Parada de Sil, donde acaba esta fascinante ruta por la Ribeira Sacra
EL MONASTERIO DE SANTA CRISTINA
En el siglo VI, monjes como San Martín Dumiense y San Fructuoso de Braga llegan a estas tierras e impulsan dentro de la orden benedictina los asentamientos eremíticos en lugares despoblados, ajenos al mundanal bullicio, donde el "ora et labora" se pueda llevar a cabo en la soledad y el silencio requeridos. Estos asentamientos son los que más tarde darían origen a los grandes monasterios.
La Ribeira Sacra fue uno de esos lugares de la vida eremítica, un vergel de oración donde se van a erigir las iglesias de estos monasterios con una clara y eficaz misión pastoril. En esta zona, paraje de excepcional riqueza natural, se construirán a lo largo del tiempo 18 monasterios medievales, cuyas iglesias representan alguno de los modelos más emblemáticos del románico peninsular.
El Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, de estilo románico, es uno de los grandes templos de la Ribeira Sacra, teniendo el máximo interés desde el punto de vista artístico y arquitectónico.
Está enclavado en un bello paraje a orillas del río Sil, en el souto de Merilán, debajo del Monte Varona, en el municipio de Parada de Sil. Sus orígenes son inciertos y, como se comentó antes, seguramente fue inicialmente un centro eremítico, transformándose posteriormente en un cenobio.
Las primeras menciones documentales datan de finales del siglo X. El monasterio, con importantes privilegios reales y protección papal, tenía una amplia jurisdicción en un amplio tramo del río Sil, explotando la agricultura, la vid, los castaños y los recursos fluviales. Con el transcurso de la historia, tras siglos de decadencia, en 1508 pasa a depender, en calidad de priorato, del monasterio de San Esteban de Ribas de Sil. En el siglo XIX queda abandonado con la desamortización de Mendizábal y pasa a manos particulares que lo destinana a granja de labor.
El templo, a pesar de que se encuentra parcialmente en ruinas, cuenta con una iglesia románica (s. XII) de altísimo valor con un magnífico rosetón, valiosas pinturas murales y un hermoso claustro.
Además de su gran importancia arquitectónica e histórica, algo que poca gente sabe es que el monasterio es uno de los refugios de murciélagos más importantes que se concen en Galicia. Alberga una pequeña colonia de murciélago de herradura pequeño en su iglesia, y además se han encontrado al menos otras 12 especies, algunas de las cuales como el murciélago de herradura grande, el orejudo gris o el murciélago ratonero parto, también crían en él.
El murciélago de herradura pequeño (Rhinolophus hipposideros) es de tamaño pequeño, llega a vivir 20 años, y tiene una nariz con forma de herradura. Utiliza habitualmente construcciones humanas durante la época de cría y muestra una fuerte tendencia a retornar año tras año al mismo refugio de cría. Se alimenta exclusivamente de pequeños insectos como típulas y mariposas nocturnas, por lo que resulta un eficaz aliado contra algunas plagas de cultivos y praderías.
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